El centro de la calle Rosalía de Castro de Vigo, un piso 8º, con todas las estancias con ventana al exterior, 112 metros cuadrados de espacio y luz, con tres dormitorios y un amplio salón, hasta un pequeño balcón a la calle en el dormitorio principal. Se ve la vida mucho menos confinada, la verdad y hace falta esa cualidad. Necesita un propietario sensible, que perciba el encanto que tiene, sus distintos matices de luz, su paz, su buena energía, su gran versatilidad. Partiendo de que las mejores cosas de la vida se perciben con los ojos cerrados, asi debe ser el primer paso que te lleve al interior de esta vivienda, siéntela primero y después abre los ojos, no te va a decepcionar. Lo mejor es "pisarla", entrar en ella y sentir; ese es, en definitiva, el dato que te interesa, que te transmita la sensación de bienestar que buscas. A mi me transmitió mucho bienestar. ¿Coincidirás conmigo en esta apreciación? No sé, ¡Prueba!